Benidorm. — La ciudad costera de Benidorm cobrará vida con un emotivo homenaje a la Virgen del Carmen, la venerada patrona de los marineros y pescadores. Cada año, al acercarse el 16 de julio, marineros y sus familias se unen a residentes y turistas en una celebración profundamente arraigada que fusiona fe, folclore y tradiciones marineras.
En el corazón de las festividades se encuentra un poderoso símbolo: la Virgen del Carmen, cuya imagen es llevada con devoción por las calles en una solemne procesión antes de ser colocada en una embarcación adornada con flores y paseada por el mar. Esta procesión marítima, acompañada por una flotilla de barcos pesqueros y de recreo, atrae a miles de espectadores a las orillas, balcones y paseos marítimos.
La Virgen del Carmen es más que una figura religiosa: es la protectora de los marineros, invocada por generaciones de familias costeras. El mar ha dado forma a la identidad de Benidorm durante siglos, y la devoción a la Virgen es un legado vivo de la comunidad pesquera que alguna vez floreció en el pueblo.
“Puede que ahora seamos una ciudad turística moderna, pero nuestras raíces están en el mar”, dijo Vicente Llorca, un pescador jubilado cuya familia ha participado en la celebración durante más de un siglo. “Esto no es solo religión — es memoria, gratitud y una súplica por aguas tranquilas.”
Las festividades comienzan con una misa en la Iglesia de San Jaime y Santa Ana, situada sobre el casco antiguo con vistas panorámicas al Mediterráneo. Desde allí, una imagen de la Virgen del Carmen es llevada por las estrechas calles empedradas hasta el puerto, acompañada por música tradicional y el aroma del incienso. Al caer la tarde, embarcaciones decoradas con banderas, flores y velas encendidas se adentran en el agua. El barco que lleva a la Virgen, dirigido por marineros veteranos del pueblo, cruza la bahía y se detiene para un momento de silencio en honor a los que se perdieron en el mar, donde se lanzan coronas de flores al agua y bengalas iluminan el cielo en un conmovedor homenaje.
Es una escena mágica, con niños saludando desde la orilla mientras los mayores se persignan, repitiendo un ritual transmitido de generación en generación.
Aunque la industria pesquera ha disminuido en Benidorm, asociaciones como la Cofradía de Pescadores continúan preservando las costumbres y tradiciones marítimas. A los jóvenes se les enseña canciones, a hacer nudos marineros y las historias que hay detrás de cada tradición, asegurando que el legado permanezca vivo.
Las autoridades municipales también invierten en la preservación de estas costumbres, reconociendo su importancia para la identidad cultural de Benidorm. “Esto no es solo folclore”, dijo la concejala de Cultura, María Pérez. “Esto es historia, viva en el presente.”
Las fiestas de la Virgen del Carmen son únicas en su poder de unir — a través de generaciones, ocupaciones y creencias. En una ciudad conocida por su vibrante vida nocturna y su perfil de rascacielos, esta celebración es un momento de conexión con el pasado de Benidorm.
Cuando los barcos regresan al puerto y la música se desvanece en la noche, el mensaje es claro: el mar sigue hablando, y Benidorm escucha.